Recibiendo el premio |
VARADOS EN LA VIDA
El aire era húmedo y salado, las
olas mojaban sus pies descalzos, mientras la brisa revoloteaba sus cabellos.
Alicia, embargada de una sensación extraña parecía flotar sobre la fina arena
de la playa… Pablo, absorto en sus pensamientos y embriagado del perfume que
emanaba la mujer, era incapaz de articular palabra…
Solo hacía tres días que se habían
encontrado a la salida del hotel, habían chocado, un tropiezo fortuito, sin más
incidentes que unas miradas cruzadas, alientos retenidos, y dos corazones
palpitantes…
Eso pensaban los dos, mientras sus
manos permanecían encadenadas, sus pies caminaban al unísono y sus labios
deseaban algo más que ese sabor salado que deja el mar.
Un leve suspiro de Alicia, sacó a
los dos de la ensoñación en la que se hallaban. Sus miradas se encontraron, sus
manos se aferraron con fuerza, a la vez, que sus pupilas fulguraban con
intensidad. El mismo ardor que comenzó a correr con extrema urgencia por sus
cuerpos, hasta el punto de hacerlos estremecer…
Pablo decidió dar el paso, con su
mano acarició el rostro de Alicia, perfiló sus rasgos hasta llegar a sus
labios, allí, se detuvo unos instantes, acariciando con la mirada esa boca que
tanto deseaba. Ella, se dejó hacer, mientras, las olas como un tierno amante agasajaban
sus tobillos…
Él, acercó su rostro, ella hizo lo
mismo, él posó la mano en su nuca para atraerla, ella puso el resto. El primer
roce electrificó su piel, la de ambos, el segundo, todo el cuerpo… Dando rienda
a la pasión contenida anudaron sus labios con exaltación, ajenos a las miradas
de los extraños que paseaban por el mismo lugar…
Tras uno otro, no pudieron
determinar el tiempo que permanecieron perdidos en el laberinto de su gozo.
Alicia dio por terminado el beso con un respingo, Pablo azorado por el impulso
bajó la mirada…
Ella percibió su miedo, su angustia,
con dulzura se sentó en la fina arena mojada, instando a Pablo a hacer lo
mismo.
De nuevo allí, sentados,
acariciándose, perdidas sus miradas en el horizonte lejano disipado entre la
bruma del mar y del cielo.
Juntos otra vez, después de años de
ausencia, de un largo silencio, sus vidas se cruzan de nuevo…
Alicia observa el rostro de Pablo,
las sienes plateadas que le acompañan, mira sus manos arrugadas, artríticas…
Pablo percibe la mirada intensa de la mujer, avergonzado baja la cabeza...
- Te acuerdas de nuestro primer
paseo por esta misma playa.- Susurra Alicia, rompiendo el silencio emplazado.-
Pablo la mira de frente, en sus
ojos se ve reflejado, pero también ve que los años no han concedido tregua a Alicia, al igual que a él la vida ha pasado
factura. Animado responde.
- Como lo iba a olvidar, fue el día
más hermoso de mi vida. Aquí, en este mismo lugar nos dimos nuestro primer
beso.- Sus ojos se empañaron al recordarlo.-
Las lágrimas rodaron por las
mejillas de Alicia, los recuerdos de antaño llegaron sin previo aviso. Con
ellos tomó una decisión, y allí estaba, en la misma playa, en el mismo hotel,
en el mismo lugar, con el mismo hombre, que cincuenta años atrás…
Se levantó y sacudió la arena de su
falda, cogió la mano de Pablo, besó sus dedos, apoyó su cabeza en el pecho del
hombre, y cerró los ojos pensando que la vida le había regalado un sueño…
La gente les miraba atónitos, dos
ancianos se abrazaban y besaban recitando viejos versos de amor. Uno de aquellos extraños, supo captar el
mensaje y plasmó en un lienzo de fondo azul a la pareja varada en la playa…
Gracia Pérez
Feliz después de los saludos |
Henchida de orgullo |
Con mi amiga Maribel Cardona. Las dos juntas recibimos nuestro premio |
SOL SOLET
2º premio de poesía en catalán
Si fos sempre primavera
el cel llis vestit de blau,
si les flors fossin flors sempre
els camins de sòl suau.
Si la pau omplís la terra
i l’amor omplís els cors,
si l’esforç fos joc i eina
per bastir un món millor.
Si fos sempre primavera
joc de llums i cants d’ocells,
potser l’ànima tan meva
portaria els seus fardells
de la vida amb més coratge,
sense plors, laments, ni planys,
i viuria de bon aire
els seus dies, els seus anys.
Sol solet vine’n a veure,
en cantavan des d’infant,
ara, gran, infant per sempre
cantaré el mateix cant.
Sol solet vine'n a veure,
sol del cel, regal de DÉU,
llum i fe, sol del meu creure
sol diví del meu adéu
MARIBEL CARDONA