Bienvenidos a mi blog

Ante todo deseo dar las gracias a todos aquellos que quieran compartir conmigo mis escritos.
Escribir es mi pasión, que junto con la lectura me han formado como mujer y persona.
Escribo desde lo más profundo de mi corazón, creo que es la mejor manera de llegar al lector.
Gracias a tod@s mis amig@s por su apoyo incondicional, por ellos he publicado mi primera novela, "Designios de una guerra" Si queréis conocerla, tiene su página en Facebook.
Reitero los agradecimientos a tod@s aquellas personas que creen en mi.
Mil besos y hasta pronto.

lunes, 1 de agosto de 2011

Perdona que no te conozca


Hola a todos os quiero dar la bienvenida a mi blog con uno de mis relatos favoritos. Espero que os guste y os emocione, esta escrito desde lo más profundo de mi corazón.

 

PERDONA QUE NO TE CONOZCA



Emma salió del hospital cabizbaja, aunque desde el principio supo que le ocurría, oírlo de boca del neurólogo era su sentencia.
Paseó por la playa intentando recuperar la compostura. Los signos eran claros, pequeños lapsos de memoria, no recordar cosas cotidianas, sentirse perdida en un lugar familiar. Todos esos detalles la hicieron pensar que el alzheimer sería su compañero en el final de su vida.
Ella era una mujer comprometida con la sociedad, desde su jubilación dedicaba muchas horas a obras sociales. Una de ellas precisamente era cuidar a personas con esta enfermedad, con lo cual no necesito que el médico le explicara nada. Sabía como evolucionaría.
Se sentó en la fina arena de la playa mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. De aquí a un tiempo no recordaría su pasado, no se conocería a sí misma, su marido, sus hijos y nietos se perderían en el laberinto de su memoria. Eso le dolía, sentir como se disiparía su vida entre la neblina, saber que su familia y amigos serían testigos de su declive como persona. Lentamente se acercaría al abismo que esta enfermedad produce...
Se levantó sacudiéndose la arena que había quedado enganchada en su falda. Anduvo sumergida en sus pensamientos hasta llegar a su casa. Una vez allí en la soledad de su hogar, lloró desconsoladamente por el futuro certero que la esperaba.
Pero Emma era una mujer valiente, llena de entusiasmo y ganas de vivir. Por nada del mundo iba a dejar de luchar esa batalla. En una libreta apuntó todo lo que podía hacer para intentar retener su memoria el máximo  espacio de tiempo posible.
También decidió dejar por escrito cosas importantes de su vida, de esa manera sus nietos e hijos podrían relatársela cuando ella ya no se acordara.
Pero antes de comenzar esa nueva etapa, tenía que hablar con la familia. Llamó a sus hijos para reunirlos, estos se mostraron sorprendidos pero acordaron verse esa misma tarde, para su madre parecía urgente. Emma dio gracias a dios por evitar que su marido Pablo viviera ese momento, estaba segura que no hubiera resistido ver como ella se sumergía en las tinieblas del recuerdo.
Andrea y Pedro, acudieron a casa de su madre inmediatamente después de salir del trabajo. Ellos habían hablado sobre la llamada misteriosa, y estaban muy preocupados. Su madre los besó y les hizo sentarse, cogió aire y sin preámbulos les explicó su enfermedad. No omitió nada de lo que un futuro próximo le ocurriría, quería prepararlos para ello. Sus hijos se mostraron enteros y aceptaron sus condiciones, ella sería el máximo tiempo posible independiente.  Acudiría a centros especializados en la enfermedad, se enfrentaría a ella intentando ganarle tiempo. Pero cuando llegara la hora, quería que la ingresaran en un centro, no deseaba hipotecar la vida de sus hijos cuidando de ella. Al salir de casa de su madre, Pedro y Andrea se miraron, las lágrimas contenidas ante Emma brotaban ahora de sus anegados ojos.
Esa noche Emma no durmió, se dedicó a ver fotografías antiguas, recordar episodios de su vida, de alguna manera rememorar su pasado antes de olvidarlo.
Encendió su ordenador y comenzó a escribir.

Querida familia, hoy  me he enterado de la terrible enfermedad que me acecha, ese motivo es el que me impulsa a escribiros esto. Deseo de corazón que conozcáis a vuestra madre y abuela, tal como es. Que sepáis lo mucho que os quiero,  recordadlo siempre que me olvide de quien sois. Vosotros sois lo más importante de mi vida, por eso me duele tanto olvidarlo, pero desde este día hasta el final lucharé para reteneros en mi memoria.
Vosotros sois conocedores de parte de mi vida, pero como comprenderéis no es contado siempre todo. Ahora conoceréis a la verdadera Emma, la que no solo es madre y abuela. Esto lo hago para que me recordéis tal como soy ahora, que vuestra mente retenga la imagen de la mujer fuerte y valiente que siempre fui. Aspiro a que borréis de vuestra memoria el deterioro al que me veré sometida, recordad que esa mujer no seré yo, Emma, es la que escribe ahora al mismo tiempo que sus ojos se anegan de lágrimas.
Esta noche he intentado volver al pasado, mirando fotos antiguas. En una estamos vuestro Padre y yo en la playa, en la misma que hoy me ha visto llorar, entonces no lloraba, una sonrisa radiante iluminaba mi rostro. No podéis imaginar lo felices que éramos aquel maravilloso día, los jóvenes pensáis que lo viejos no hemos tenido la misma vida sexual de la que vosotros disfrutáis. No sabéis lo equivocados que estáis, esa foto que anteriormente he mencionado fue tomada el día que Pablo y yo mantuvimos por primera vez relaciones sexuales, de ahí nuestra inmensa sonrisa. Fue en un coche perdidos en un bosque, lo que sentí fue algo especial, llevábamos saliendo un año, postergando ese momento tan deseado por los dos, hasta ese día, después de aquello lo quise aun más. Es cierto que como todas las parejas tuvimos nuestros problemas, pero lo que nos unía por encima de todas las cosas era nuestro amor. Un amor que nos llevo a crear una sólida familia, de la que siempre nos hemos sentido orgullosos. Hay algo que nunca os he contado, ese algo me lo pidió vuestro padre en su lecho de muerte. La poca energía que le quedaba la gastó en solicitarme que continuara manteniendo unida a esta familia, ahora hijos os pasó el relevo. Mientras escribo esta larga carta, he colocado frente a mí la foto de mi boda, “ éramos tan jóvenes”. La ilusión se refleja en nuestros ojos, la mirada cargada de amor llena la estancia, intento grabar en mi memoria con fuego ese instante. Hubiera deseado llegar a anciana con mis facultades intelectuales intactas, hoy se que no será así, que no podré aconsejar a mis nietos sobre su futuro, que me perderé sus amores y desamores, no  estaré el día que se gradúen...
Ese motivo me lleva a preparar un viaje con ellos, solo la abuela y sus nietos. Quiero contarles lo mucho que los quiero, lo feliz que me hicieron al llegar a este mundo, explicarles lo que me ocurrirá y pedirles perdón por no estar cuando me necesiten.
Recuerdo el día en que naciste tú, Andrea, nuestro primer retoño, yo era una joven de veinte años que al tenerte en mis brazos por primera vez creí que ibas a romperte. Ya ves como pasa el tiempo, ahora serás tú la que cuide de mí, y tú Pedro, te pasaste llorando los primeros meses de vida para desesperación nuestra. Aquel niño llorón y nervioso, ha dado paso a un hombre tranquilo y brillante. Estoy muy orgullosa de vosotros, de vuestra calidad humana, algo que he intentado inculcaros desde niños. La vida no es solo poder y dinero, lo mejor de ella es amar y ser amado por tu pareja, amigos y familia... Sin eso no somos nada, creedme, durante todos estos años he visto como grandes hombres de negocios, con mucho dinero se han quedado solos ¿ por qué? Es simple, antepusieron el dinero al amor, al valor de la amistad y la vida les devuelve la pelota. A mí eso no me pasará, sé que nunca estaré sola, os tengo a vosotros, pero también a mis amigas. Sin ellas no sería la mujer que soy, es muy importante  saber que todas las personas a las que quiero estarán ahí.
 “ Mis amigas”, vuestro padre siempre se reía de lo mucho que nos llamábamos,  -  parecéis amantes-  me decía. Pero he de contaros que dudo mucho que sin la ayuda de ellas, Pablo y yo hubiéramos superado una de las crisis de pareja más gorda que tuvimos. Pensareis que estoy loca, ya os he dicho al principio que no sabéis todo sobre mí, pues esto es una de la muchas cosas que ignoráis. Ocurrió en uno de los muchos viajes que papá hacía, si es lo que os imagináis, conoció a una mujer y tuvo una pequeña aventura. No os encandilaseis  esto pasa,  vuestros padres son humanos, bien a lo que iba, yo me enteré y por supuesto quería romper con Pablo, no podía tolerar dicha traición. Recuerdo lo mal que lo pasamos los dos, pero mis amigas hicieron lo imposible para hacerme ver que vuestro padre había cometido un grave error, pero no un asesinato, aunque yo sintiera eso. Durante semanas me hicieron revivir nuestra larga vida en común, intentado buscar fisuras o traiciones,  no las encontré, en aquel momento logré perdonarlo. Ellas nos regalaron un viaje romántico para nuestra reconciliación, les estaré agradecidas toda la vida, a veces uno se ofusca y no es objetivo, para eso están los buenos amigos, su misión es abrirte los ojos y devolverte a la realidad.
 Otro acontecimiento importante en mi vida, fue el día que mis padres murieron. La primera vez que vi la muerte rondar alrededor de mí, os puedo jurar que sentí como mi corazón se rompía.  Ver como los seres queridos te abandonan es terrible, no obstante  aprendes a vivir sin su presencia, pero marca el resto de tu vida.
Hay muchas cosas que hacen que uno se vaya formando, la vida es un periodo de tiempo muy largo, a pesar de pasar muy rápido. He pretendido enriquecerme como mujer a cada instante, he saboreado la vida y su gente. He aprendido a ser humilde, la arrogancia no conduce a nada bueno, tampoco es que sea una santa, pero creo que no he hecho daño a nadie a propósito, y si fuera así desde estas líneas  pido disculpas. Vosotros sabéis que no os dejaré una gran herencia, he vivido dignamente pero sin lujos. Mi legado será pequeño pero intenso, los valores, esos que hoy en día la gente olvida fácilmente. Espero que mis hijos no sean uno de ellos, que los conserven hasta el final, sin ellos no somos personas, solo hay que mirar alrededor para darse cuenta. Otra cosa que os dejo son mis libros, aquellos amigos que me han acompañado durante mi vida, los que me han hecho llorar y reír, aprender de otras culturas, en definitiva hacerme feliz. Toda esta biblioteca a la que habéis contribuido con vuestros regalos, es mi patrimonio más querido. Y a vosotros os lo entrego, cuando leáis uno de ellos acordaros de lo mucho que disfruté con sus letras. Me acuerdo de lo que os reíais en mi cumpleaños o en reyes, cuando me preguntabais que regalo deseaba. Yo sacaba mi lista de títulos, y vosotros renegabais por ser tan poco original, - siempre lo mismo mama- me decíais. Pues bien, este será mi regalo, como veis sigo siendo poco original.
Hijos míos, vosotros habéis colmado mi vida de dicha, ser madre ha sido un trabajo duro pero grato, hoy obtengo la recompensa a todos mis desvelos. Observó las personas que sois y me siento satisfecha por la labor bien hecha, yo os he visto de niños ahora me veréis a mi. Porque esta larga enfermedad tiene eso, quiero ser positiva y ver las cosas desde un punto de vista práctico, conozco las etapas por las que pasaré y lo duro que será para vosotros vivirlas. Pero saber una cosa, yo seré feliz, viviré en un mundo creado para mí, donde no existirá la realidad que al fin y al cabo es por lo que sufrimos. Saber que yo ante todo he sido mujer, he amado, sufrido y llorado pero también he sido feliz.  Para mi la felicidad es una utopía, constantemente digo que la felicidad consiste en retazos que robamos a la vida, por tanto,  he sido una buena ladrona.
He tenido mucha suerte, por eso ahora no voy a quejarme. En el mundo hay muchas personas con esta enfermedad, hombres y mujeres que como yo dejaran una vida en el olvido. Al menos he conseguido mi propósito, he disfrutado de ella antes de olvidarla, otros ni siquiera tienen eso.
El tiempo que me quede de lucidez lo pienso aprovechar, meterme en cualquier resquicio donde vislumbre algo positivo. Prepararme para el futuro, dejar las cosas claras, decir a la gente lo mucho que la quiero, viajar a países que siempre he soñado. Con todo eso y vuestra presencia escribiré mis últimos años. Seguiré escribiendo, plasmaré con letras mis sentimientos, para que los que quedáis recordéis siempre a esta Emma.
Estoy cansada, he pasado toda la noche rebuscando en mi pasado. Os he mostrado mi yo, pero quedan muchas cosas que contar...
Lo que si os quiero decir, es que no os sintáis tristes cuando ya no os conozca. Muchos besos y todo el amor del mundo.
                                      Emma.

Cinco años después


Andrea corría desesperada, llegaba tarde. Era el cumpleaños de su madre y habían preparado una fiesta, su hermano Pedro se encargaba de recogerla del centro y llevarla a casa. Estaría toda la familia, y también las grandes amigas de su madre, cumplía setenta años. Andrea pasó a buscar a una de dichas amigas que tenía problemas de movilidad, de vuelta a casa hablaron de cosas triviales, hasta que Alma, que así se llamaba la señora preguntó.
- ¿ Cómo lo llevas Andrea?.
Andrea miró a la mujer, ella sabía que su madre les había pedido que cuidaran de ellos. Entendía la preocupación de Alma, pero su madre no tenía sustituta, una mujer como ella era difícil de encontrar. Esos últimos años había visto como Emma luchaba con uñas y dientes para no caer en el olvido, al final la enfermedad había podido más que su constancia. Ella ansiaba verla como antes, intentaba cumplir sus deseos, pero era difícil. Su madre les dejó un reto muy grande, ¿cómo podían no sufrir por ella? Verla con la mirada perdida en el espacio era como si te clavaran un cuchillo en el corazón. A Pedro le ocurría lo mismo, pero lo disimulaba, su hermano acudía a visitar a su madre cada día, ella le sorprendió más de una vez hablando con Emma como si estuviera bien.
- Por qué?- le preguntó una tarde-.
- Es lo ella quería, mama esta aquí. Aunque no podamos percibirla, yo tengo la intuición que si la habló como a la mujer que fue es más feliz. No sé Andrea, quizá solo me quiera aferrar demasiado, veo la realidad aunque me cuesta admitirla Pero ella nunca nos pidió nada, su único deseo consistía en que la viéramos tal y como era antes de que la enfermedad se la llevara, eso es lo que intentó. Cumplo su deseo y, además, me ayuda a superar mi angustia.
Andrea abrazó a su hermano, él tenía razón. No valía la pena machacarse buscando una explicación, su madre en las cartas lo relataba todo, era explícita respecto a la enfermedad.
En ese instante miró a Alma y contestó.
- Estoy bien, hoy es un día especial. Hemos llevado a mama a casa y nos reuniremos como en los viejos tiempos, eso le hará feliz. Estoy segura.
- Por supuesto hija.- Contestó Alma.-
En la casa todo estaba preparado, los nietos habían adornado el salón, como su abuela les hacía cuando eran niños. Habían hecho un cartel muy grande con frases y fotos de ella. Laura, la hija de Pedro presentía que su abuela se daría cuenta, la echaba tanto de menos. Mientras esperaba la llegada de la homenajeada, rememoró el viaje que hicieron cinco años atrás, los tres nietos. Pablo, Elena, ella y su abuela, los llevó a Italia y recorrieron juntos museos, librerías, pizzerías etc. Fueron quince días estupendos, disfrutaron de su abuela como nunca, hablaron de amor, sexo, drogas y alzheimer. Ella les contó lo duro de la enfermedad, como olvidaría todo lo que amaba. Pero a pesar de todo le hizo entender que la vida tiene esas cosas, que uno no puede pasar el tiempo lamentándose por  el infortunio. “La vida es breve y hay que vivirla”, les dijo.
Hoy sus nietos intentarían devolver por unos instantes parte de su memoria a Emma.
Cuando Emma entró a su casa, no dio señales de reconocer nada, ella deambulaba por el galimatías de su mente. Laura se acercó y abrazándola le dio un sonoro beso, al que Emma respondió con una  sonrisa. Así fueron pasando cada uno de los allí presentes, sus besos humedecieron las mejillas de Emma. Una sonrisa permaneció suspendida en sus labios, ella les dijo tiempo atrás  que la besaran mucho, porque era lo que más  llegaba a su confusa percepción.
Andrea se acercó y besó a su madre.
- ¿Quién eres?- Preguntó Emma-.
Andrea tragó saliva y contestó con una radiante sonrisa.
- Soy Andrea mama, tu hija-.
- ¿Andrea? ¿Mi hija?- contestó Emma sorprendida.
- Sí, mami. Estamos todos aquí, hoy es tu cumpleaños y tenemos un regalo muy especial.
Emma los miró a todos sin conocer a nadie, Pedro le dio un regalo, su tamaño era el de un libro. Emma con ayuda de sus nietos lo abrió. La portada del libro tenía un titulo.
El corazón de Emma al desnudo
Sus hijos, nietos y amigas habían encuadernado todas las largas cartas que Emma escribió en los últimos años. Cada uno de ellos leería una de ellas, haciendo de esa manera recordar a Emma quién era. Andrea leyó la primera.
Querida familia...
Emma según iba escuchando sintió que eso que oía tenía que ver con ella...


                                      FIN

Este emotivo relato es un pequeño homenaje a esos hombres y mujeres, que se han perdido, se pierden y se perderán en las lagunas de su memoria.

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