Bienvenidos a mi blog

Ante todo deseo dar las gracias a todos aquellos que quieran compartir conmigo mis escritos.
Escribir es mi pasión, que junto con la lectura me han formado como mujer y persona.
Escribo desde lo más profundo de mi corazón, creo que es la mejor manera de llegar al lector.
Gracias a tod@s mis amig@s por su apoyo incondicional, por ellos he publicado mi primera novela, "Designios de una guerra" Si queréis conocerla, tiene su página en Facebook.
Reitero los agradecimientos a tod@s aquellas personas que creen en mi.
Mil besos y hasta pronto.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Presentaciones de suspendidos en el tiempo

El auditorio comienza a llenarse

Mi amiga Joana explicando un cuento mío

En plena charla

Nuestra dama del teatro Neus, leyendo uno de mis relatos

Con cara de felicidad

Un momento emocionante de una de mis lectoras

Firmado de nuevo

Mi segundo sant Jordi tras la barrera


Explícita y gesticulando, es lo mío

La presentación de Marta, de la editorial.

Mi joyita

Siempre escuchando

Sonrisas que no falten...





PRESENTACIÓN EN EL MUSEO DE SABERO

La publicidad que me emocionó al llegar a esa tierra

Nerviosa en la espera

La presentación oficial en Sabero

Un maravilloso momento

Firmando a Mariana, que no dudo ni un instante en hacer kilómetros para estar allí.

Firmando

Mis nuevos amigos y apoyada en la ventana mi amiga Ángels, que no dudo en hacer 800 km y darme una gran sorpresa.

En mi linea

Otro de los momentos

Con Anaf, nos conocimos a través de fb y ha sido mi mejor publicista en tierras Leonesas. Siempre le estaré agradecida

Presentación de Designios de una guerra.

El auditorio lleno

"Palabras de amor" de Serrat, interpretada en saxo por Joel Campos

La emoción a flor de piel

Mi primer ejemplar firmado

Fueron muchos

Las sonrisas siempren me acompañan

Un sueño cumplido

Mi primer día de sant Jordi, en el otro lado

martes, 27 de noviembre de 2012

Diseño de mi amiga anaf.








Esta maravillosa imagen me hace transladar en el tiempo, Teresa observa a Sara a través de sus libretas, envejecidas, ocultas en un baúl olvidado cubierto de telarañas, cargado de añejos recuerdos que antes tuvieron vida y que en ese instante permanecen suspendidos en el tiempo....

jueves, 22 de noviembre de 2012

Nueva reseña




"DESDE SABERO"
Sabes Graci que el libro no ha podido tener más éxito por aquí. Lo han
leído distintas generaciones, algunos con edad suficiente para
recordar la dureza de aquellos años.
Yo he oído contar historias, a veces sin prestar demasiada atención y
sabes que la que tú has escrito me gusta, en parte excede el tema
propiamente dicho de nuestro valle. Creo que el éxito reside en unos
personajes fuertes, con una historia dura, que sin embargo trasmiten
al lector un mensaje de esperanza. Su fortaleza individual, y su
fortaleza como grupo son un ejemplo para sobrevivir a cualquier
adversidad. Y algunas historias a las que no presté demasiada atención
hablaban precisamente de eso.
Yo he vivido muchos años de mi vida de espaldas a la realidad de mis
orígenes, ahora con la madurez me doy cuenta de que gran parte de la
“fortaleza” que acompaña a mi familia y amigos tiene su origen en el
hecho de nacer y vivir en un lugar como nuestro valle,”mamamos” el
miedo a perder padres o hijos o hermanos, supimos de la solidaridad
con viudas y huérfanos desde niños. Vimos sufrir silenciosamente los
accidentes, la silicosis y demás enfermedades asociadas al carbón. Y
escuchamos muchos comentarios desafortunados sobre nosotros (Beben,
maltratan, pulen la pasta...) Aún hoy escuchamos sobre pensiones y
prejubilaciones...
Pero somos de una pasta especial, y eso creo que queda muy bien
reflejado en tú novela, incluso cuando hace mucho frío decimos:”está
fresco el día”
Frescos están o deberían, los valores de tus personajes, porque sigue
habiendo mucha gente excluida.
Esperando el verano, nos vemos en la red.
rosario/analía

miércoles, 7 de noviembre de 2012

lunes, 29 de octubre de 2012

TERTULIA EN LA BIBLIOTECA PARA HABLAR DE MIS NOVELAS. DESIGNIOS DE UNA GUERRA Y SUSPENDIDOS EN EL TIEMPO

El jueves 25 de Octubre  tuvo lugar la tertulia conmigo. Pasmos hora y media hablando de mis novelas y sus personajes. Lo cierto es que lo pasamos genial, una tertulia como si estuviéramos en el salón de casa.
Gracias a todos por hacerlo posible



La divertida y cariñosa presentación de Eduard

Eduard hablando de mi

Escuchando atentamente una de las preguntas


Os dejo la carta que Reme me escribió emocionándome.
 


Hoy, Graci, te toca a ti, y si me permites quiero leer unas cuantas líneas que he escrito sobre tu segunda novela.
Para mí es un homenaje a esos personajes anónimos que sufrieron todo el horror y miserias de aquella maldita guerra. Ellos fueron los que realmente escribieron la historia de nuestro país, pero sus nombres jamás figuraran en las páginas de ningún libro de historia. Sus vidas han quedado “SUSPENDIDAS EN EL TIEMPO”
El tiempo para Platón, es la imagen móvil de la eternidad. Para los creyentes, el tiempo es la manera como las criaturas participamos de la eternidad de Dios.
La eternidad, un inmenso vacío marcado desde el principio con unas efímeras huellas que han ido dejando las vidas de todas las generaciones que nos han precedido, las que dejaremos nosotros y las que dejaran futuras generaciones.
La vida de los nuestros va quedando en la memoria de los vivos y cada historia particular pasa a engrosar la historia general de donde ha ocurrido, quedando todos al fin, “SUSPENDIDOS EN EL TIEMPO”.
En esta novela podemos encontrar claros ejemplos de vidas que dejan huella, como la de Sara, esa mujer que tras una infancia infeliz y falta de cariño es ingresada en un convento por decisión ajena. Y que a los pocos años, otra vez forzada ha de abandonar aquel remanso de paz para enfrentarse a todas las grandezas y miserias que la vida le guardaba fuera de aquellos muros. Todos los momentos de felicidad, de angustia, de desesperanza y hasta algún secreto no esclarecido los dejó plasmados en las páginas de unas libretas.
Unas libretas encontradas años más tarde junto a un traje de novicia y una foto en el fondo de un viejo baúl y que sirvieron a su nieta Teresa para poner punto y final a su verdadera historia.
O la historia de Pedro, minero, que con las mismas fuerzas y brío que manejaba le pico para arrancar carbón de las entrañas de la tierra, supo coger un fusil para defender la justicia y libertad de su pueblo.
O la de Amín, una persona diferente que se ve obligado a callar sus instintos convirtiendo su vida en una falsa, por el simple hecho de haber nacido en un lugar y una época equivocada.
Todas estas historias nos han emocionado, nos han hecho sufrir y gozar al mismo tiempo y eso ha sido posible gracias a su autora, Graci…
Amante de la lectura, desde muy joven su sueño era escribir una novela. Sus ilusiones han tardado en cumplirse, pero por fin se han realizado.
Primero fue “Designios de una guerra” y ahora superándose, la que acabo de comentar, “Suspendidos en el tiempo”
Se dice que no hay dos sin tres, así ánimo y adelante que ya estamos esperando la tercera.
¡FELICIDADES!
Remedios Gómez
 



miércoles, 3 de octubre de 2012

@@@ OPINIÓN @@@
En primer lugar: enhorabuena por tu brillante novela "Suspendidos en el tiempo". Decirte que me la he leído en una semana y me ha encantado. Me has sosprendido muy gratamente y has hecho que me emocionara en algunas páginas. Creo que es una novela con unas historias paralelas que has sabido cruzar magníficamente: el amor, la sencillez, las costumbres del pueblo, las personalidades de cada personaje, la trama, el misterio que hasta el final no deja de sorprenderte... en fin. Sólamente quería transmitirte que ha sido un placer leer tu novela y que la recomiendo a todas aquellas personas que quieran disfrutar de una buena lectura!

Núria Juliá
La opinión de una compañera de letras

Que podría decirte de SUSPENDIDOS EN EL TIEMPO que tu no sepas, pues que desde el principio me dejo cautivada su lectura. Tiene una trama apasionante en la que no paran de suceder cosas, bajo él se tejen múltiples lecturas transversales que la convierten a un tiempo en una novela de superación personal, una novela colonial, una novela de amor, una novela de conspiraciones históricas, políticas, una novela de ternura... Una novela de ritmo imparable cargada de encuentros y desencuentros, de identidades encubiertas y quiebros inesperados; de amor, de ternura y como no de traiciones.
Estoy segura que el hilo conductor de la trama de tu novela no es pura ficción, que el trasfondo de la misma es fielmente real o histórico y algunos de los personajes que circulan por ella existieron en su día con las mismas glorias y miserias con las que se mueven entre las páginas.
Gracias Gracia por hacerme sentir tan bien con tu libro, entre sus letras me quede enganchada desde el primer momento y fue mejorando según avanzaban las páginas, manteniendo el interés hasta el final, es estupendo!!
Un besote muy grande y a por el TERCERO!!
Maribel Cardona
Os dejo una otra opinión sobre mi novela.  
Como tus deseos son órdenes…esperabas que disfrutara CON TU 2º LIBRO: SUSPENDIDOS EN EL TIÉMPO pues, aparqué mí tiempo entre costuras para (suspenderme en el tiempo) y si te he de ser sincera, sólo era curiosidad y pensaba…: -Graci es una novel -Caemos en la rutina y nos hacemos repetitivos -Me ha calado con designios de una guerra y suspendidos en el tiempo seguro qué no la va ha superar y tal y cual… ¿Qué quieres que diga ahora? ¡No me lo podía creer!!! Lo que tú no podías saber…y no tengo palabras… -me has dado en el clavo, mi salsa (en mi puntito..) en la magia que conlleva un diario; porque las personas que pasan por tú vida, si la dejan para siempre, están en el recuerdo pero, un diario…. siempre está “vivo” por y para siempre; en cualquier momento inesperado puede aparecer posteriormente “el libro” Se puede tener una vida insulsa (vacía) sin transcendencia y eso sería lo que refleja un diario pero, también se puede tener una vida como la de Sara de “suspendidos en el tiempo” con una trayectoria con mucha historia, donde se plasma todo el transcurrir de la vida que uno vive (el elixir de la vida) instante a instante; momento a momento: lo que vive, lo que quiere vivir, la época, la lucha que uno conlleva, el mundo que te rodea: pensamientos, sentimientos, amor, desamor, familia, amigos, relaciones, problemas, responsabilidades, lucha, desasosiegos, ética, sensibilidad, enseñanza, gustos, lectura, escritura, formas o colores etc, etc, etc (todo); forma de pensar, ser, sentir, actuar , que no quiere decir que sea lo que uno quiere vivir; sino la época y la historia que a uno le toca vivir donde el amor puede con toda la problemática Todo circula en torno a un diario, el de Sara y va afectando a su vida y los personajes que la rodean -1º por aparecer tal diario 2º por la época en que vive y por unos padres mezquinos -“¡nadie tiene derecho a cambiar tu vida! los derechos ya son de uno y esos son los que nadie se puede atrever a cambiar!” que deberían ser lo primeros en estar ahí cuándo los necesitas y encima ellos, sin escrúpulo alguno, te obligan, dirigen las riendas de tu camino y tienes que acatar quien ellos determinan que seas; como le pasó a Sara y más grave aún, el que unos padre digan -¡no eres mi hija! por tan sólo querer seguir el camino que uno elige, como el caso de Sara y su hermana cuando más necesitadas estaban de ellos No te ha faltado nada por hilar hasta el detalle de hacerse cargo Sara de su familia y madre para dar una lección a todos de cómo hay que hacer las cosas para que aprendan.. Si era poco, encima has tenido ese estilo de entretejer tu libro: con un dos, en uno; con ese misterio que nos has hecho querer saber más y más, sin rodeos, sin paja; plasmando solo la esencia ¿cómo consigues eso? Con esa intriga que uno está deseo de que aparezca Teresa y Guillermo para ir adentrándonos en sus vidas y que a su vez nos vaya narrando el diario que se encontró de Sara. Así sucesivamente….-necesitaba a unos, para saber de otros……. deseando que aparecieran unos y a su vez deseando que se largaran, para ir avanzando en las historias Has tenido el detalle, de abrir heridas sin cicatrizar de las historias, para así poder atar todos los cabos ,unir todos los filamentos de los personajes y así poder cicatrizarlos, para qué se pudieran ir todos en paz con Dios, qué para conseguirlo hay que remover la história: una investigación, una lección filosófica: barajar, desenredar… Nos has metido en danza ese deseo de hacer maletas para conocer Sabero y los pueblecitos de León No tengo ni palabras para expresarme Graci.- me has sorprendido muchísimo; quizás sea; porque, me siento: súper- identificada con un diario; que no tiene porque ser el de Sara porque cada uno plasma y vive su historia ¡ah! No podían faltar esas nanas de la cebolla con las cuales comencé a enamorarme de la poesía Ahora voy a ser yo la que te rete a que sigas escribiendo y haber con qué nos sorprendes para subir ese listón “Leed la novela por favor, merece la pena” 
 Teresa Gómez

lunes, 17 de septiembre de 2012

2º Premio del certamen de relato corto Josep Pla del casal de Rubí


  AQUELLA VIEJA CANCIÓN


Luisa y Miguel, Miguel y Luisa…
Los nombres sonaban en su cabeza sin parar, ¿Cuánto tiempo había pasado de aquello? Ella estrujaba su mente con ahínco, era algo que había oído, ¿Pero de quién? Son esas cosas que uno escucha sin prestar atención, ¿Y ahora por qué me viene a la cabeza? Qué es exactamente lo que ha despertado el recuerdo…
Anna, pensaba con las manos sobre el teclado del ordenador, estudiaba bachillerato y uno de los trabajos era redactar una historia real, algo que hubieran oído o escuchado. Y esa historia vino a su cabeza rápidamente, pensó y pensó y no conseguía recordar nada más que los nombres, Luisa y Miguel, Miguel y Luisa, le sonaban a música, como el estribillo de una canción…
Sin pensarlo comenzó a tararearlo…
Se quedó estática, el libro abierto que sostenía en sus manos cayó al suelo… Se levantó con esfuerzo del sillón orejero que hasta hacía un instante la cobijaba, y lentamente se acercó al lugar de dónde brotaba la canción…
Anna miraba fijamente la pantalla, continuaba tarareando los nombres, mientras repiqueteaba con los dedos sobre el ordenador.
La abuela apoyada en el marco de la puerta, escuchaba, las lágrimas se agolpaban en sus retinas, habían pasado tantos años, que apenas se acordaba, fueron momentos dulces, mágicos… Pero no, no había olvidado, simplemente el paso de tiempo había jugado su papel, la memoria ya no era la misma.
Anna presintió la presencia de su abuela, y al girarse vio como una lágrima resbalaba por su mejilla.
- ¿Qué ocurre abuela? ¿Por qué lloras? ¿Ha pasado algo? – Preguntó preocupada al mismo tiempo que se acercaba a su abuela.-
- No, nada de que preocuparse.- Respondió emocionada la anciana.- ¿Dónde has oído esa canción?- Preguntó acto seguido.-
La joven observó el rostro de su abuela sin llegar a descifrar que le ocurría.
- No lo sé, es lo que intento averiguar, en el instituto…
Comenzó a explicarle lo del trabajo para el instituto, la historia real que debía contar y como, sin saber porque esos nombres le vinieron a la mente en forma de canción.
La anciana suspiro para intentar paliar la opresión de su pecho. Había pasado demasiado tiempo, quizá era el momento de recordar la historia, revivir el pasado, y dar a conocer a alguien la índole de su secreto mejor guardado…
- Siéntate, Anna, tenemos que hablar…
Anna se sorprendió ante la seriedad con que su abuela pronuncio la frase. Jamás la había visto tan triste, bueno, quizá cuando murió su abuelo Felipe…
- Lo que te voy a contar es algo que ocurrió hace mucho tiempo, tanto que yo apenas lo recordaba. La canción me la has oído a mí, era mía, mejor dicho nuestra… De Miguel y mía.
Anna no entendía nada, tanto misterio y nostalgia la hizo escuchar con atención.
- Se que te preguntas que tiene que ver Luisa conmigo, pero ese es mi nombre. Mª Luisa, tantos años llamándome Marisa, que hasta yo misma lo he arrinconado. Pero él siempre me llamaba así, LUISA, mí LUISA…
La anciana tomó aire y limpió sus lágrimas antes de continuar hablando.
- Éramos muy jóvenes cuando nos conocimos, más que tú, imagina… Fue en el trabajo, los dos trabajábamos en el mismo lugar, muy pronto creamos un fuerte vínculo de amistad. Tú abuelo y yo éramos novios, jóvenes y con ilusiones, que los años no tardarían en asfixiarlas. Lo cierto que es con el tiempo los dos nos casamos con las respectivas parejas, siempre fuimos grandes amigos, hasta que un día descubrimos la verdadera razón de nuestra simbólica amistad.
Habían pasado muchos días, meses, décadas desde el primer día que nos vimos por primera vez. Las arrugas comenzaban a aflorar en nuestros rostros y las enfermedades iniciaban su andadura, pero nada de eso nos importo.
Yo había salido de un terrible y peligroso trance, él había pasado por algo parecido. Recuerdo que un día tomando un café en el mismo lugar de siempre, compartimos experiencias. Los dos sentíamos que la vida, a pesar de tenerla guardada en nuestros puños, se nos escapaba por los resquicios que dejaban nuestros dedos. Fue una etapa difícil para nosotros como personas. Hablamos y hablamos sin parar, de sentimientos, de libros, de cine, música… Cosas que yo no compartía con tu abuelo, el cual se hallaba ausente de esas cosas tan importantes de mi vida. Y así fue como comenzó todo…
Te preguntaras que todo, y yo respondo, una bella historia de amor…
Anna se quedó muerta, que le estaba diciendo su abuela, que hace años tuvo un amante, que le fue infiel al bueno de su abuelo…
Los ojos de la adolescente miraban perpleja a su abuela, ésta se percato de ello. No le importaba que la juzgaran, ahora no, entonces lo dejo todo por esa razón, pero ahora era demasiado vieja para que aquello le importara. Además descubrió que le gustaba hablar de ello, rememorar el pasado, la ternura, el amor y la compresión. Tampoco quería manchar la figura de Felipe, el maravilloso abuelo, resignado y querido por todos.
 No, eso se lo guardaba para ella, los años de recriminaciones tontas que generaban peleas absurdas, y sobre todo la falta de pasión y romanticismo que hubo en su relación.  
Esa parte tan sublime del amor, esa pasión desbordada, ese cosquilleo en el cuerpo, todo eso, solo lo sintió con Miguel.
El le devolvió la juventud olvidada, la energía que ella misma desconocía poseer, la sonrisa tontorrona de la adolescencia, fueron tantas cosas que era imposible enumerarlas…
Pero como todo en esta vida tiene un final, algunos son buenos y otros… Lo que la vida exige en esas circunstancias, su ruptura ocurrió diez años más tarde, y los motivos los tenía delante de ella en ese instante. Por ella y solo por ella decidió acabar con su sueño, sus ilusiones y su amor. Por ella volvió a la rutina, al desamor…
- ¿Y la canción? – Preguntó Anna intrigada- ¿De dónde salió?
Marisa miró a su nieta, sus grandes ojos azules la miraban expectantes. Su corazón cansado se emocionó ante esa hermosa y clara mirada.
- La canción, tú sabes lo mucho que me gusta Serrat, pues bien, Miguel cambió parte de la letra de la misma e introdujo nuestros nombre, dándole un aire más personal, muy íntimo, algo que solo nosotros sabíamos. Y que hoy he escuchado después de tantos años.
Anna observó el rostro arrugado de su abuela, la mujer que le había acunado tantas veces en sus brazos, en el hombro que otras tantas había llorado. Advirtió en sus ojos algo que nunca había visto, un brillo especial, diferente, y sin saber porque sintió una opresión en el pecho, como una descarga eléctrica. Mirando aquellos ojos supo que historia iba a contar, que mejor relato que una historia de amor, el amor de dos personas maduras, que por primera vez conocieron la pasión… La historia de su abuela, esa mujer parlanchina y prudente que siempre había estado con ella. Y que por alguna razón que intuía había dejado escapar el amor de su vida…
Más relajada y tranquila, Anna pidió a su abuela detalles de la historia. Y así, de esa manera, las dos generaciones plasmaron con palabras lo que el corazón de la anciana había guardado bajo llave durante casi tres décadas.
La abuela hablaba recordando con nostalgia, la joven escribía ilusionada. Aquella simple y emotiva mañana, Anna la recordaría durante el resto de su vida, sintiéndose orgullosa de ser la depositaría del secreto de amor de su abuela.
Años más tarde una soleada mañana primaveral, Marisa expiró el último aliento. Su nieta quiso que en su despedida la canción principal fuera” Palabras de amor”, mientras las notas inundaban la estancia, Anna tarareaba el estribillo con los nombres, LUISA Y MIGUEL, MIGUEL Y LUISA…
Gracia Pérez



miércoles, 2 de mayo de 2012

AROMAS NOSTÁLGICOS


AROMAS NOSTÁLGICOS

Begoña paseaba por el sendero de su pueblo, aspirando el olor que este emanaba. Desde niña había caminado, corrido y jugado por dicho camino. Recordó lo feliz que era en aquella época, oyó su risita infantil mezclada con la de sus primos, una leve sonrisa suavizó el rictus de sus labios. ¡Ojala pudiera volver atrás!, pensó, entonces no tenía problemas, los mayores me protegían de cualquier adversidad, me acunaban en sus brazos para calmar mi llanto… Pero ese tiempo quedó muy lejos, ella era una mujer, una mujer actual, trabajadora y madre de dos preciosos niños. Sus ojos se empañaron de nostalgia, por su mente pasó la imagen de una jovencita alegre, paseando cogida de la mano con su novio. Contuvo la respiración al recordar el primer beso, aquel que escondidos tras el pajar, nerviosos y excitados robaron a la vida. La emoción que supuso, la inmensa alegría, ella creía que aquel chico sería el hombre de su vida, creyó que se convertiría en su futuro marido. Cuanta inocencia, cuanto amor rebosaba en esos momentos. Pero la vida va pasando, los días se suceden, las hojas del calendario van cayendo y con ellas los años. De aquella jovencita llamada Begoña, solo queda el nombre…
La vida le había enseñado a caminar sin bastón, a tropezar con las piedras y levantarse sin ayuda. Sus padres ya no estaban para acunarla en su regazo, su juventud se había disipado como la niebla. La alegría había abierto la puerta a la tristeza, la niña que un día fue se había perdido en el camino. ¿Por qué? Se preguntaba una y otra vez, sus amigas no sufrían tanto, las desgracias las habían esquivado, ella en cambio tuvo que afrontar una, otra, otra… y así sucesivamente hasta el momento.
Se sentó en la orilla del río, admiró sus tranquilas aguas, los plateados peces nadando en ellas, ajenos a su pesar, su dolor, su nostalgia. Había vuelto al lugar donde fue tan feliz, deseaba encontrarse a si misma de nuevo, volver a sonreír, buscar la paz tanto tiempo negada. Analizar cada instante de su vida, intentar reunir las fuerzas necesarias para emprender su nueva vida, percibía que si había un lugar en el inmenso mundo donde encontrarse, era ese. Su origen, aquel al que no había tenido fuerzas de volver después de la muerte de sus padres, ahora le parecía el lugar idóneo para renacer.
Begoña se había casado muy joven, demasiado quizá. Su matrimonio con Andrés había colmado sus sueños, dejo su trabajo para que él pudiera alcanzar su meta. Lo hizo por amor, sin reproches, pasó de ser abogada a esposa y madre abnegada. Durante los primeros años las cosas marcharon bien, eran felices, o casi. El trabajo de Andrés le mantenía muchas horas fuera de casa, él también era abogado, pero ambicioso. Nunca se preocupó de lo que pensaba o sentía su mujer, lo daba todo por hecho, eso solía decir a menudo a sus colegas, cuando preguntaban por ella.- Begoña, esta bien. Se ocupa de los niños y de la casa, que más puede pedir-. Siempre acababa la frase con una sonrisa.
Begoña tardó demasiado tiempo en darse cuenta de la clase de hombre que era. Ella se sumergió en el mundo de los niños, pediatra, colegios, actividades, enfermedades, noches sin dormir. Al crecer los niños, pensó que quizá podría volver al trabajo, pero la enfermedad de sus progenitores la quitaron la idea, así pasó los siguientes diez años cuidando de los mayores. Cuando se quiso dar cuenta habían pasado veinte años, su hijo mayor estaba a punto de cumplirlos. Ella no hacía mucho había vuelto a estudiar, necesitaba sentirse mujer, sin darse cuenta durante todos esos años había dejado de existir, primero su marido, sus hijos y por último la dependencia total de sus padres. Los dos habían emprendido el último viaje en su regazo… Al recordar  esos momentos trágicos las lágrimas afloraron en sus ojos, no volver a ver sus rostros, a besar sus mejillas, a sentir sus manos. Ellos que tantas veces la acunaron en sus brazos, ya no estaban, echaba de menos su risa, su voz, su presencia, esa que tanto valor la suministraba…
Se limpio las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas, no era hora de llorar, era el momento de resurgir. Era consciente de que la vida continua, que por ley los padres se han de marchar, pero no tan pronto, ni tan mal. El único consuelo que le quedaba es haber estado en todo momentos con ellos, cuidarles como con ella hicieron, cambiaron los papeles en el final de su existencia.  En ese instante, rodeada de la tierra que habían compartido, deseo con toda su alma poder llorar de nuevo a su amparo, sentir su aliento en su mejilla, mientras la voz enérgica de su padre intentaba consolarla
Pero la realidad se impuso, estaba sola, compartiendo su soledad con el río. Sus hijos estaban de vacaciones con sus amigos, su marido…  Andrés, en cualquier playa paradisíaca disfrutando de su renovada juventud.
Evocó la noche que puso fin a su matrimonio tan solo cinco meses atrás. Andrés llegó pronto, cosa poco habitual, ella manifestó su alegría dándole un beso en los labios, que él sutilmente esquivo, de eso se percató un rato más tarde, cuando la ofuscación dio paso a la claridad. Con el semblante muy serio, le comunicó que tenían que hablar, la  conversación mantenida se grabó a fuego vivo en su memoria.
- Supongo que los chicos no están.- Preguntó él antes de comenzar a hablar, Begoña asintió con la cabeza.- Era lo que esperaba, no quiero que estén presentes, lo que tengo que decirte es de suma importancia.
Por un fugaz instante Begoña pensó que su marido estaba enfermo, que una terrible enfermedad le acechaba, pero todo quedó en eso, en un efímero pensamiento,  al pronunciar la siguiente frase no dejo dudas.
- No soy feliz, llevo mucho tiempo planteándomelo y he llegado a la conclusión que necesito estar solo.
 Los ojos de Begoña se abrieron como platos, contuvo la respiración sin apenas darse cuenta, Andrés ajeno a todo lo que no fuera él mismo, como siempre, continuó.
- No se como explicarte lo que siento, pero si se que me siento vacío. Ya no compartimos nada, a veces te miro y no se quien eres. La mujer de la que me enamoré se ha esfumado…
Begoña lo observó incrédula, de su boca no salía sonido alguno, sus labios parecían estar sellados. Con el corazón encogido dejo que él continuara con su charla.
- Antes eras divertida, inteligente, una magnifica amante, te arreglabas. Ahora cuando te veo no encuentro nada atractivo en tu cuerpo, tus ojos no transmiten el amor de antaño, no hablas, tus silencios a veces me resultan tediosos. Necesito aspirar el aire de la vida, llegar a casa y encontrar a mi mujer dispuesta a escucharme, a reírse… No sé, quizá me equivoque, pero has cambiado, la Begoña que recuerdo ya no existe.
Un silencio se impuso, Begoña intentaba canalizar cada palabra, Andrés estudiaba el rostro pretérito de su esposa. Ella tragó saliva antes de hablar.
-Claro que la Begoña de antes no esta, me he pasado la vida cuidando de vosotros sin más. Deje mi carrera para que tú pudiera ascender, mientras yo cuidaba de ti y tus hijos. Y lo hice por amor, por lo mucho que siempre te he amado. Pero parece que todos mis sacrificios han sido en vano, ya que jamás he recibido un reconocimiento por tu parte, a mis cuarenta y cuatro años según tú, soy una mujer triste, vacía… ¿ Te has planteado que quizá seas tú el culpable?
- No digas tonterías, me ha pasado estos veinte años trabajando como un cabrón, para que a vosotros no os faltara nada. No intentes hacerme sentir el causante de esta situación. Yo he cumplido con mi papel de esposo, eres tú la que has fallado.
Andrés se levantó airado y se dirigió al dormitorio principal. Extrajo una maleta del armario y comenzó a introducir ropa, Begoña se apoyó en el dintel de la puerta y observó la escena, mientras un fuego abrasador corría por sus venas.
- Así que tú has cumplido con tu papel de esposo y padre a la perfección. ¿Cierto?- Andrés la miro de soslayo, sus ojos reflejaban hastío.- ¿Dónde estabas cuando ingresé a tu hijo pequeño con una meningitis? ¿O cuando Javier se cayó de la bici y tuvieron que darle treinta puntos?
- Ya esta bien, deja de de decir gilipolleces. Trabajando, lo sabes muy bien.- Contestó muy enfadado.-
- No, no lo sé. Hasta hoy creí conocerte, disculpaba cada una de tus faltas, pero ahora veo lo equivocada que estaba. Yo renuncié a todo por ti y tú ni siquiera te dignas a recordarlo. Me has dejado sola frente a esta familia, no has recibido un solo reproche en estos años, y te atreves a decirme que ya no me amas porque me he convertido en una mujer aburrida.
- Sabía que me ibas a montar una escenita, es típico de las mujeres.- Comentó sarcástico.-
Begoña se creció, esto era el fin, estaba claro. Pero Andrés no se iba a ir de rositas, ella le había allanado el sendero de la vida, pero no estaba dispuesta a dejarlo marchar sin decir la infinidad de veces que él, el gran hombre, había fallado. A pesar del dolor que esta situación le causaba, tenía que sacar valor, se acabó el permanecer silenciosa porqué Andrés necesitaba paz después de un gran caso. No, esta vez ella iba a verter todas y cada una de sus frustraciones.
- Será típico de las mujeres, pero eres consciente que la tuya no es así. Quizá uno de mis errores ha sido permanecer en la sombra, callando mi dolor para evitarte sufrimiento. Creo que ha llegado el momento de bajarte del pedestal. Tú no has sido un buen compañero, has viajado sin equipaje por la vida, mientras yo me ocupaba de la ropa sucia. No has llegado donde estas solo, yo te he llevado de la mano. Cuando había un caso que te quitaba un sueño, allí estaba Begoña infundiéndote ánimos, cuando la enfermedad agitaba tu cuerpo, Begoña era la que te cuidaba a pesar de estar cansada o enferma como tú. Pero claro eso no tiene importancia, lo importante es lo que a ti te ocurre, tus proyectos, tus retos, tus premios, tu dinero. ¿Crees que yo no tengo nada de eso? Pues los tengo, soy una mujer, inteligente, apasionada… Cuantas veces me he tenido que aguantar las ganas de hacer el amor porqué tú estabas cansado o simplemente no estabas para ello en ese instante, ni te imaginas las veces que he llorado en silencio tu ausencia, o cuando mis padres murieron y tú estabas en una reunión muy importante. Eso no es nada, ¿verdad? Solo los reproches de una mujer amargada.
Quiero que sepas que no estoy amargada, que lo que he hecho por todos y cada uno de vosotros, lo hice por amor, un amor incondicional del cual me siento muy orgullosa. Si no hubiera sido por mis cuidados y me empeño en haceros una vida cómoda, ninguno de vosotros serias lo que sois. No me importa vivir a la sombra de alguien, siempre que ese alguien se de cuenta que existo. Lo único que siento es haberme equivocado de persona, al igual que tú hoy me doy cuenta que no te conozco, el hombre que conocí, con el que emprendí el camino de la vida, se ha esfumado. Ya no eres el Andrés romántico, apasionado y tierno que yo deseaba entre mis brazos. En su lugar ha crecido un hombre egocéntrico, incapaz de valorar lo mejor de la vida, la amistad y el amor han sido remplazados por el poder y el dinero. Te puedes ir, me acabo de percatar que no deseo compartir el resto de mi vida contigo, que la venda que cubría mis ojos se ha caído de vieja. Ahora te veo tal y como eres, un pobre hombre que a punto de cumplir los cincuenta quiere aparentar treinta, esa no es la persona que deseo tener a mi lado en la vejez.
Andrés asombrado por las palabras de su mujer, se había sentado en la cama. De golpe se sentía viejo y cansado, se había dado cuenta de que ella decía la verdad, Begoña era su talismán,  ella era la que hacía todo, la que se encargaba de los menesteres más sencillos, a la vez que importantes. ¿Y él quién era? Un gran abogado, de eso no había dudas, pero apenas conocía a sus hijos, no sabía que comida preferían, o que enfermedades habían pasado. No había percibido la angustia de su mujer, ni tan solo sabía que existía, nunca se había preocupado por ello. Se levantó rápidamente y siguió a Begoña a la cocina.
- Lo siento Bego,- dijo con lágrimas en los ojos- Tienes razón, he sido un egoísta. Nunca te he prestado atención, todo lo he dado por hecho…
Una llamada en el móvil de Andrés interrumpió la conversación. Él miró el nombre en la pantalla y colgó, fue fugaz, un segundo, lo suficiente para que Begoña se diera cuenta de lo que ocurría. Tragándose las lágrimas dio por finalizado su matrimonio.
-Vete, no la hagas esperar...
- No es lo que piensas.- Respondió nervioso-.
- Da igual lo que piense, siempre ha sido así, por qué ahora te iba a importar.
- Quizá porqué te he vuelto a encontrar.- Argumentó, con un tono meloso.-
- Demasiado tarde Andrés, demasiado tarde. Vete, no pierdas el próximo tren…
Begoña aspiro el aroma de las jaras, escuchó el trino de los pájaros y sus ojos se vieron reflejados en la cristalina agua del río. Habían pasado cinco meses desde aquella tarde y a ella le parecían siglos. No estaba equivocada Andrés tenía una amante, una  veinte añera que le había devuelto la juventud añorada. El había vivido un cuento durante mes y medio, pero como todo cuento tiene un final, el suyo también, y no precisamente feliz. Andrés la llamó varias veces y ella hizo caso omiso de sus llamadas, una mañana se presentó en casa para pedirle una oportunidad. Begoña por una vez en la vida pensó en ella mismo y se la negó.
 Y allí estaba pasando unos días en el lugar que más amaba, encajando el rompecabezas en su cerebro, curando las heridas aun abiertas a base de lametazos. Cada día que pasaba se sentía mejor, más fuerte, segura, confiada,
De pronto sintió unas ganas inmensas de sumergirse en el agua que tantas veces había refrescado su piel. Se desnudo pausadamente, lentamente se introdujo en las serenas aguas del río, esté la recibió como si llevara años esperando el momento. Nadó relajándose con cada brazada, notar el agua en su cuerpo desnudo la excitó, una sensación olvidada. Al salir del agua, los rayos de sol acariciaron su piel suavemente, como un amante. Se vistió y con el cabello mojado y la ropa adherida a su cuerpo, dirigió sus pasos a la vieja y solariega casa de su abuela.
Algo había cambiado, unas horas antes mientras paseaba por ese mismo lugar, estaba hundida, no veía la luz al final del túnel. En ese instante se sentía contenta de ser quién era, había descubierto que era capaz de volver a vivir, había dejado en las aguas del río, sus miedos y frustraciones, se sintió valiente, sexy, mujer…
Unas voces la sacaron de sus pensamientos, música, risas. ¿Quién podía ser? Según se iba acercando a la casa, percibió que los sonidos salían de ella, aceleró el paso nerviosa, preocupada por el hecho.
- Sorpresa…- Gritó su prima Marta, saliendo a su encuentro- Creías que te iba a dejar sola el día de tu cumpleaños.
Una sonrisa iluminó el rostro de Begoña, su prima, esa que siempre había estado a su lado, la que nunca fallaba, un hombro en el que llorar, la que durante años le intentó abrir los ojos en lo referente a su marido, la persona que la acompañó en los duros momentos de sus padres. Ella estaba allí de nuevo, Begoña corrió a envolverla en sus brazos, olió su perfume y se sintió feliz. Como por arte de magia salieron sus hijos por la puerta de la casa, aquella que pocas horas antes, ella había dejado vacía y cerrada.
- Felicidades mama.- Dijeron los dos a la vez.-
Begoña atónita por la sorpresa, tardó en reaccionar.
- ¿Pero qué hacéis aquí?- Preguntó incrédula.
- No pensarías que no acudiríamos a tu cumpleaños, después de todo lo que tú has hecho por nosotros.- Contestó su hijo Javier-.
Los dos abrazaron a su madre a la vez.
- Te queremos mama, eres la mejor. No lo olvides nunca.
Begoña notó como sus ojos se humedecían de emoción. Más gente comenzó a salir de la casa, era una fiesta… Su hermano, sus sobrinos, sus amigas, todos estaban allí.
Esa noche en su lecho rememoró lo acontecido durante el día, se percató de que había mucha gente que la quería, por ella, por ser como era. Sonrió al recordar la entrada de un hombre desconocido en la casa, Juan, su prima le había invitado a la fiesta. Juan, su primer novio, aquel con el que se besó apasionadamente tras el pajar. Hablaron durante mucho rato sobre sus respectivas vidas, él también estaba separado, pasaba las vacaciones con sus hijos y padres en el pueblo. Fue algo emocionante, sensaciones memorables, volvió a ser la Begoña adolescente, jugando con sus sobrinos se transformó en la Begoña de la infancia, hasta le pareció oír la voz de su abuela felicitándola.
Lo sabía, sabía que ese lugar le devolvería su vida, se encontraría con ella misma de nuevo. No se había perdido en el camino, simplemente se había extraviado… Y por todo ello, por lo bueno y por lo malo se sintió orgullosa de ella misma, se ser quién era y de ser capaz de amar sin esperar nada a cambio. Estaba segura, de que a partir de ese día la vida le sonreiría.       
Gracia Pérez                                                    

Suspendidos en el tiempo

Por el cristal delantero del coche comenzaba a vislumbrarse el campanario de la iglesia.


( Este es el campanario de la iglesia de la Llama de la Guzpeña, donde vive Teresa,  una de las protagonistas de la novela)

domingo, 29 de abril de 2012

Érase la vida misma. Cuento de caperucita, adaptado al mundo actual


Érase………….
Una joven muchacha, que a pesar de vivir alejada de la civilización era feliz, el verde y frondoso gran bosque que le rodeaba constituía su vida en si.
Caperucita había crecido amparado por el amor de su madre y abuela, no sabía de la maldad, del rencor o la venganza. Esas cualidades del ser humano, habían sido censuradas de su educación. Por lo tanto nos encontramos con una beldad quimérica en el siglo XXI.
La noche comenzaba a caer sobre el bosque, pero muy a su pesar la rubicunda mujer tenía que enviar a la hija, caperucita, a casa de la abuelita. Su madre, la anciana mujer llevaba postrada en la cama años, sus viejos huesos no respondían a estímulos ni razones. Por ello su nieta se hacía cargo de su cuidado.
Caperucita salió cuando la luna comenzaba a apreciarse en el cielo, con su capa roja y su cesta salió contenta a la misión. Imaginaba la historia que su abuela la contaría esa noche, sería de monstruos, de hadas, o de ambas cosas…
Sin miedo caminaba por el sendero que tanto conocía, ignorando los ojos malvados que esperaban agazapados su visita.
Al pasar junto a uno de los grandes árboles que habitaban el bosque, una visión inesperada hizo palpitar con fuerza su corazón.
- ¡Eres tú! – Exclamó nerviosa.- Me has dado un susto de muerte.
El lobo la miró airado, que se había pensado la mocosa… Eso era lo que él que quería, además claro esta, de cambiar la aptitud de esa jovencita que enamoraba con sus encantos pueriles a los lugareños. El se encargaría de romper el mito, de devolver a cada uno a su sitio. Y así comenzó…
- Mi querida Caperucita, nada más lejos de mi intención que asustarte, nada menos que a ti querida niña. – Recitaba con voz melodiosa- Te esperaba para explicarte algo, mejor dicho proponerte un juego…
Caperucita escuchaba con atención, pero era consciente de que no podía perder el tiempo. Su abuela esperaba la cena.
- Pues siento tener que decirte.- Contestó serena- Que nos has elegido el mejor momento, mi abuela espera mi llegada y no deseo hacerla sufrir…
- Esta bien, esta bien, si quieres te acompaño hasta su casa. No tengo nada que hacer…
Esa amabilidad mosqueó a la joven caperucita, que arrebujo su cuerpo en la capa roja en un intento de alejar la desazón que comenzaba a invadirla.
- Solo quería comentarte unas cositas, que a bien seguro tú ignoras. Todos conocemos a tu madre y su recelo.- Continuaba el lobo mirando de soslayo la reacción de la joven.- Supongo que recordaras a tu amiga Susana. Claro, como no la vas a recordar sin hasta compartisteis novio…
Caperucita, miró al lobo con nuevos ojos…
-Bien quiero que sepas que tengo noticias frescas sobre ella y su destino, buenas, muy buenas. Seguro que te gustarán…
Ella no estaba tan segura de tal afirmación…
- Se ha casado, ya ves, primero te deja sin novio y después se casa con otro. Un político, dicen que con mucho futuro, de momento ya es alcalde un gran pueblo. Quien nos iba a decir que la joven Susana llegaría tan alto…
- ¿Y qué? – Preguntó Caperucita cada vez más sorprendida. Ese no era el malvado lobo que conocía de toda la vida. No entendía nada…-
- No se, es que he pensado que quizá a ti te gustaría vivir una aventura parecida. Llevas una vida tan aburrida…- Comentó el lobo con voz de cordero.- Si es así, te puedo ayudar, en la ciudad tengo amigos, las recomendaciones son imprescindibles en la era en la que vivimos. Quizá allí encuentres al hombre de tu vida, ya sabes aquí en el pueblo, solo quedan viejos…
Una tenue luz comenzaba a vislumbrase en la lejanía, era la casa de la abuela. El lobo comenzó a impacientarse, era consciente de que le quedaba poco tiempo para urdir su plan.
- Si lo deseas, mañana mismo puedes partir, te ofrezco una vivienda digna y un trabajo bien remunerado. ¡Ah! Y no te preocupes por el empleo, poco tendrás que hacer, no más de lo que ya haces aquí.
Caperucita se mostró suspicaz, desde que tenía memoria el lobo había querido comérsela, y ahora le ofrecía una salida del bosque. La historia comenzaba a gustarla, quizá el lobo no eran tan malo…
- Tengo planes, muchos planes para ti. Eres una chica encantadora, y se que sabrás estar a la altura. Solo tienes que decir si, y tu vida cambiara tanto que ni tu misma serás capaz de reconocerte.
Caperucita paró en seco.
- ¿Qué quieres decir? – Preguntó ingenua-
- Que dejaras de ser la niña del cuento para convertirte en princesa de película.- Añadió el lobo seguro de tenerla en el bote.-
- ¿De verdad podría tener un precioso piso en una buena zona, un gran salario sin hacer nada?-
- Eso y mucho más, depende de tu ambición, si eres como tu amiga Susana tendrás el mundo a tus pies.
El lobo se percató de la cercanía de la casa maldita para él. Entonces con paso ágil y voz reposada le lanzó el último dardo envenenado.
-  Ya sabes, si de verdad lo quieres solo tienes que tomarlo.
Y tal como dijo la frase se perdió en la negrura de la noche…
Caperucita iba pensando en las palabras del lobo, analizando su oferta. Quizá no fuera mala idea cambiar de aires, conocer mundos distintos…
Entretanto, el sigiloso lobo había entrado en la pequeña casa del bosque, la abuela inquieta por el retraso de su niña se había levantado con gran esfuerzo. Las palabras de reprimenda se congelaron en el aire al ver que no era su nieta la que había entrado en casa… El lobo lanzó sus zarpas sobre ella, sin dar tiempo a la anciana a repeler el envite…
Al entrar en casa un olor peculiar invadió sus fosas nasales, un olor que en ese instante no supo definir. Fue derecha a la habitación de su abuela, y allí la encontró tendida en la cama y tapada hasta la nariz.
Caperucita comenzó a explicarle su encuentro nocturno con el lobo, la anciana movía la cabeza en señal de afirmación y una media sonrisa iluminaba su ajado rostro.
- Abuela, abuelita. ¿Tú que crees que debo hacer?- Preguntó inocentemente la joven Caperucita.-
La abuela respondió con un gesto hosco de afirmación.
De pronto la lucidez volvió a la joven, reconoció el olor, la forma y palabras del viejo lobo. Sin dar muestras de su descubrimiento, se acercó a la chimenea y cogió el atizador.
Sin preámbulos golpeó con fiereza el cuerpo oculto bajo las sábanas. Cuando el lobo quiso darse cuenta la sangre manaba profusamente de su cabeza.
- ¿Cómo y por qué?- Preguntó con un hilo de voz el lobo, notando que la vida se le escapaba.-
Caperucita respondió orgullosa a sus preguntas, sin bajar el atizador de la forma de ataque.
- ¿Cómo? Es muy simple, mi abuela jamás consentiría que hablara durante tanto rato sin interrumpirme, de ahí que te has delatado ¿Por qué? Porque a pesar de saber que no te has comido a mi abuela, sino que la escondiste en el armario, eres un corrupto, tienes tantas ansias de poder en el bosque que no dudas en comprar a aquellos que te hacen sombra, utilizando las técnicas menos loables. Eres igual que todos lo que se creen con el poder de la humanidad.
Soy Caperucita, si, inocente, si, pero no tonta…
A continuación sacó a su abuela del armario y las dos juntas vieron morir al viejo lobo corrupto ahogado en su propio hedor…
Gracia Pérez